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¿Cuántas veces nos ha pasado que hemos cambiado nuestras decisiones de un día para otro? ¿Cuántas veces hemos incumplido promesas nuestros hijos e hijas? ¿Cuántas veces le hemos dicho a nuestro cónyuge que le amamos y luego le tratamos mal? ¿Cuántas veces hemos sido fieles a Dios y luego nos hemos olvidado de él?
Dice la Santa Biblia en Proverbios 4:23 que sobre toda cosa que guardemos, que guardemos nuestro corazón porque de él mana la vida. Amén.
En la esencia del alma, en lo profundo de nuestro corazón, allí habita nuestro ser, lo que somos y lo que hacemos, allí habita nuestro verdadero yo, aquél que se acostumbra a vivir de promesas sin cumplir, aquél que se llena de rencor, aquél que se llena de ira, enojo, contienda. Aquél que incluso puede llegar hasta olvidarse de Dios.
No seamos nosotros gente de doble ánimo en nuestros corazones. No seamos de aquellos que hoy queremos levantar nuestro hogar, queremos cambiar y luchamos por un tiempo para llevar una vida feliz, pero a la menor amenaza de olas enfurecidas nos escondemos y no queremos seguir más. Debemos aprender a ser hombres y mujeres luchadoras, que no sean de doble ánimo sino que siempre seamos valientes y que confiemos en el Eterno Dios.
O quizás somos de aquellos que hemos llegado a la casa de Dios a alabarle con todo nuestro corazón, con todas nuestras fuerzas, que buscamos la forma de servirle, estamos atentos a la primera oportunidad que nos tomen en cuenta en la iglesia o en el ministerio, y cuando por fin! nos dan eso que tanto hemos anhelado se comienza a alejar el amor primario que sentíamos y nos alejamos del ministerio o de la iglesia.
Después de haber estado sirviendo incluso en una congregación es probable que hasta lleguemos a cometer pecados que jamás habríamos pensado en cometer.
Hay gente que abandona sus iglesias cuando ya están sumergidos en sus pecados. Y muchas veces vuelven cuando tiene problemas muy graves, o quizás cuando traen enfermedades de las cuales solo DIOS les puede sanar. Y efectivamente, Dios les vuelve a perdonar y sana sus enfermedades, pero luego, vuelven a irse.
Por eso la Santa Biblia nos dice que sobre toda cosa guardada que debemos guardar nuestro corazón, porque de él mana la vida. Amén. De allí, de lo más profundo de nuestro corazón de allí mana nuestro sentir, nuestro hacer, nuestro querer, por esa razón debemos llenar nuestro corazón con el poder y el amor del Santo Espíritu de nuestro Señor y Dios. Amén.
No debemos llenar nuestro corazón de pecado sino que llenemos nuestro corazón con la Santa Palabra del Eterno Dios.
Desde que te levantes por la mañana no busques la radioemisora que transmite canciones de música pasional, no busques la música que exalta la lujuria, no busques la música que habla de sexo, no busques la pornografía, no llenes tu corazón de estas cosas que te apartarán de tu DIOS.
Si tú eras hombre o una mujer de DIOS no debes cambiar, debes seguir siendo aquel hombre o aquella mujer que ama a DIOS no importa si tu situación ha cambiado. No importa si ahora tienes un mejor trabajo, no importa si ahora tienes más dinero, tú no puedes cambiar por esas cosas que el ETERNO te ha dado para bendecirte.
Recuerda lo que le pasó al rey Saúl. Fue ungido como el primer rey de Israel. Pero antes de ser rey él posiblemente sufría de baja autoestima, era alguien que posiblemente era tímido, pero fue bien visto ante los ojos de DIOS.
No obstante, Saúl cambió cuando fue coronado como Rey. Dejó de ser el mismo y se convirtió en alguien que DIOS mismo no reconocía. Dice la Santa Biblia que DIOS Todopoderoso se arrepintió de haber elegido a Saúl como Rey.
Imagínate tú que hoy que lo tienes todo, quizás un mejor empleo, o quizás un negocio próspero. O quizás hoy te has casado con el amor de tu vida, quizás hoy has logrado vencer una enfermedad que te tenía postrado, en fin, cualquiera que sea tu situación que hoy te hace sentir muy bien, quizás hoy te sientes en la cima del cielo y ya no quieres saber ya más nada de DIOS. Te has alejado.
Imagínate que hoy DIOS al ver tu mirada altiva, imagínate que al ver tu comportamiento de juez sobre otras personas, el DIOS Todopoderoso se arrepienta de haberte bendecido? de haberte sanado? imagínate que decida quitarte todo lo que tienes? Creo mi querido amigo o amiga que lees estas líneas que seguramente estarías muy triste por esta situación y es probable que entonces te arrepentirías de tu actuar y volverías a buscar llenar tu corazón del amor y del poder de nuestro DIOS. Amén.
Hoy aún tienes tiempo para volver a tu primer amor, de corazón, arrepentido de lo que has hecho, vuelve a tu Creador, gózate en la alabanza de su pueblo, busca la adoración al DIOS vivo, busca una vida de oración y llénate de su poder y de su misericordia. Amén.
Llena tu corazón con el amor más grande del mundo con el amor infinito y lleno de misericordia. Pídele al PADRE que te perdone y que nunca más quieres apararte de su lado.
PADRE: Bendito seas DIOS del cielo y de la tierra, del mar, del universo y de todo lo que existe. Hoy vengo a rendirme ante tus santos pies para pedirte mi SEÑOR que nunca permitas que me aparte de tu lado, que ni lo alto, ni lo bajo, ni lo alto, ni lo profundo me aparte de tu Santa Presencia. Perdona mis pecados, límpiame, sálvame, llena de tu amor, dame una nueva oportunidad para mí, para mi familia, para mi empleo, para mi negocio, dame la oportunidad de comenzar de nuevo y de demostrarte que en las buenas o en la malas yo a ti te seguiré todos los días de mi vida, porque sé que en todo momento y en todo lugar tu amor nunca me abandonará. Te pido mi DIOS que tu Santo Espíritu me rodee a mí, a cada una de mis hijas e hijos, a mis padres, a mi cónyuge, a mis hermanos, a todos mis seres queridos, guárdales y cúbrelos con tu sangre preciosa. Hoy he decidido que a CRISTO yo seguiré todos los días de mi vida, y que seré fiel, que seré un buen esposo, una buena esposa, que seré un buen padre, una buena madre, que seré un buen hermano, una buena hermana, que seré un buen trabajador, un buen empleado, un buen patrono, un buen comerciante, y un generoso hombre de negocios, que seré amoroso, y sobre todas las cosas, que buscaré llenar mi corazón con la palabra viva del Eterno PADRE que me ama con amor incondicional. Gracias Señor por darme una nueva oportunidad. Yo declaro victoria sobre mi vida, declaro que todos mis enemigos son esparcidos y toda obra de maldad es hecha ceniza por el poder de tu Santo Espíritu. Todos los que lo declaramos para nuestras vidas decimos: Amén.
CARTA DEL DIRECTOR
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