Cuando estás en medio de una dificultad, de una prueba, todas las cosas te salen mal. Como se dice hoy día el mundo “conspira” en tu contra.
Es allí, en esos momentos en los que tu fe es probada y la esencia tuya, de lo que verdaderamente estás hecho, sale a flote.
Es fácil levantarse todos los domingos, arreglarse, vestirse y caminar a la iglesia. Es fácil cantar los coros de victoria en medio de la congregación y luego levantar las manos a Dios cuando comienza la adoración.
Pero cuán difícil parece hacer esas mismas cosas cuando tienes serios problemas en tu vida. Cuán difícil es tan solo abrir los ojos la madrugada de un domingo cuando estás bajo persecución.
Qué difícil es levantarse en la mañana fresca de domingo cuando tú estás sometido a la sumisión de una persona que te odia. Más difícil es comenzar a entonar los cantos de victoria y de alabanza cuando acabas de ser mancillado, ofendido y lastimado.
Pero quiero decirte una cosa mi querido amigo o amiga que lees este texto, cuando tú te encuentras bajo estas circunstancias no hay mejor lugar para estar que en la casa de DIOS.
Hace algún tiempo recuerdo que yo tenía una aflicción en mi alma. A veces ni siquiera podía dormir y si dormía aún en mis sueños sentía tristeza.
Hasta el sonido del despertador me hacía dar un salto emocional triste a la hora que sonaba cuando yo había pasado la negra noche en vela.
Y llegaba otro día. Su luz iluminaba y las sombras desaparecían. Pero mi alma seguía con la profunda tristeza.
Cuando llegaba el domingo había pena profunda en mi corazón, en mi espíritu. Apenas llegaba arrastrándome espiritualmente al templo. A pesar que yo aparentaba que estaba bien frente a los demás mi alma sufría mucho.
Recuerdo un domingo llegué ya casi sin fuerzas. Trataba de sentarme en los asientos en donde nadie me mirara. Y tras iniciar el servicio dominical los músicos comenzaron a entonar los cantos cristianos de júbilo mientras mi alma lloraba.
Por dentro yo sentía que el mundo se me derrumbaba. Me temblaban las piernas del miedo y de la desilusión. Me temblaba la voz y mi mente no paraba de preguntarse: ¿qué irá a pasar conmigo?
Pero yo allí estaba, palmeando y tratando de articular mi voz con los cantos y la música de alabanza, y moviendo la boca con la letra de la canción cristiana. Pero mi alma lloraba.
Yo podía ver el rostro de la gente que estaba en ese lugar, todos llenos de gozo, de paz y de bienestar. Todos cantaban con júbilo a DIOS. Todos menos yo. Algunos se salían de sus asientos y pasaban al frente del escenario a danzar a DIOS. Era como si yo presencia una fiesta a la que no había sido invitado, o la que me metí sin invitación.
Mis ojos se humedecieron y los cantantes y toda la congregación cada vez cantaban con más júbilo. Y mis lágrimas cayeron mientras cantaba en agonía.
Sí mi amigo, sí mi amiga. A mí también me ha pasado eso de estar en medio de una congregación que le alaba a DIOS mientras mi alma llora.
En ese momento no quise hacer otra cosa más que comenzar a cantar aunque había un nudo en mi garganta y la voz apenas si salía. Pero mientras que yo más intentaba cantar el miedo y la aflicción comenzaron a irse.
Mientras yo más me unía al canto más me fortalecía y yo sentía que las huestes de maldad que me hacían sufrir estaban cayendo.
Y precisamente eso estaba sucediendo. En la más profunda aflicción no es hora de llorar sino que es hora de alabar a DIOS si lo puedes hacer hazlo. Y si no con tu mente alaba a DIOS, a tu creador.
Allí, en medio de la alabanza de la congregación me di cuenta que el diablo es un mentiroso. El diablo quería que yo abandonara la iglesia y que me apartara de DIOS.
El diablo le decía a mi mente que por qué yo estaba en ese lugar a donde no pertenecía si yo ya estaba condenado al hoyo de la amargura.
Pero en medio de la congregación cosas sobrenaturales pasaban. En medio de la alabanza cosas sobrenaturales pasaron.
Y precisamente eso era lo que el enemigo no quería que yo descubriera y por eso le mentía a mi mente una y otra vez diciéndome que DIOS me había abandonado y que DIOS no movería ni un dedo por mí.
Pero déjame decirte mi amigo y mi amiga, DIOS sí se interesa por TI a pesar que tú piensas que ÉL ya no está contigo. Quiero decirte que el diablo lo primero que ataca es tu mente.
El diablo te hará creer cosas que no son reales. El enemigo te hará pensar que ya no vale nada la pena, que ya no debes seguir. Pero DIOS te dice: no temas ni desmayes que el SEÑOR tu DIOS está contigo. Amén.
Ese día domingo en que estaba en gran aflicción al final pude cantar con gran gozo los cantos a mi DIOS. Y créeme que algo sobrenatural comenzó a pasar en mi vida y las huestes de maldad comenzaron a caer también. Desde ese día hasta el día de hoy trato de no perderme ni un servicio que ofrezca la iglesia a la que asisto ya sea en domingo o entre semana.
Si tú estás pasando una situación difícil en tu vida yo te digo hoy no te escondas. Sal de tu casa y vete a una iglesia cristiana evangélica donde se predique la Santa Palabra de DIOS.
Busca una iglesia donde se pueda sentir la unción poderosa del Espíritu Santo de DIOS y derrama tu alma ante los pies del Eterno Creador.
Y en medio de la alabanza de su pueblo únete al canto de los millones de ángeles que le dicen al PADRE: SANTO SANTO SANTO. Amén.
Hace muchos años se cantaba un coro muy bonito que decía: “no es con espadas ni con ejércitos sino que con su Santo Espíritu, y esos momentos se moverán”. Amén. Gloria a DIOS.
Y esto nos enseña que no va a hacer con nuestras fuerzas, no va a hacer con nuestros medios que tengamos a nuestra disposición con la que ganaremos esta guerra, sino que será con el poder del Espíritu Santo de DIOS que ganaremos, amén, porque esta lucha no es contra sangre ni carne sino contra las huestes de maldad del enemigo mentiroso.
Así que hoy DIOS te habla a tu corazón y te dice: no importa lo que tus ojos vean, cree en el SEÑOR tu DIOS. No importa lo que tus oídos oigan, cree en el SEÑOR tu DIOS. No importa lo que tu carne sienta, cree en el SEÑOR tu DIOS, con todas tus fuerzas, con toda tu mente y con todo tu corazón, y esos montes se moverán. Amén.
El enemigo te engañará una y otra vez. El enemigo te pondrá panoramas adversos una y otra vez. El enemigo hará que tú te confundas. El enemigo hará que no creas.
Cuando la tormenta te sentirás victorioso en la iglesia cuando cantas a DIOS en medio de la congregación, pero al salir de allí el enemigo te atacará, te humillará, te turbará, y tratará de quitarte la paz. Quizás te lleve a un valle tenebroso en donde tu fe será puesta a prueba, pero no temas que DIOS está contigo. El diablo es un mentiroso.
Es en ese momento en que tú deberás agarrarte de DIOS y no soltarte jamás. Allí mismo debes declarar con tu boca y decir: PADRE: yo me agarro de tu mano y te pido mi DIOS que no me sueltes y que jamás me abandones. Allí mismo tú comienzas a declarar que DIOS no te abandona, allí mismo tu comienzas a declarar que DIOS está contigo y que esa guerra ya no es tuya sino que de DIOS. Y el enemigo no te podrá vencer porque ÉL sabe que no puede vencer a un DIOS TODOPODEROSO.
Decláralo en tu vida y clama: “la sangre de CRISTO tiene poder”, cada vez que el enemigo te quiera atacar recuérdale que tú estás sostenido por el DIOS PADRE que jamás te abandonará.
Cada vez que lance una mentira, cada vez que te haga ver que estás acabado, clama: “la sangre de CRISTO tiene poder”. Cada vez que te engañe y te mienta y te quiera destruir, recuérdale que ÉL ya está vencido, clama: “la sangre de CRISTO JESÚS tiene poder”. Amén.
Hoy el SEÑOR te manda:
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”
Josué 1:9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
¡Gloria a DIOS!
¿Tienes alguna aflicción? Hagamos la siguiente oración:
“SEÑOR JESÚS: mi PADRE. Bendito seas en el cielo, en la tierra y debajo de ella. SANTO SANTO SANTO. Mi alma te alaba. Hoy vengo a presentarme ante tu presencia a pedirte perdón por mis pecados. Te ruego mi DIOS que escribas mi nombre en el libro de la vida. Te recibo como mi único y suficiente Salvador de mi alma y te entrego mi vida, a mi familia, mi casa y todo lo que tengo SEÑOR. Creo que tú diste tu vida por mí, pecador, en la cruz del calvario pero al tercer día resucitaste y hoy reinas a la diestra de DIOS PADRE. Bendito sea tu nombre. Recíbeme SEÑOR como tu hijo, sálvame, SEÑOR JESÚS. Amén”.
Hoy que has nacido de nuevo vete a una iglesia cristiana evangélica donde se predique la sana doctrina de nuestro SEÑOR JESUCRISTO y cuéntales acerca de tu oración de fe.
Recuerda que si lo que te enseñan no está en la Santa Biblia no es Palabra de DIOS.
EL DIARIO CRISTIANO
www.eldiariocristiano.comGUATEMALA, C.A.
Que hermoso mensaje!!!
ResponderBorrarBendiciones gracias porque en estos momento estoy pasado por trivulaciones y pruebas muy difíciles para mi pero no me suelto de mano de Dios por que el me sotiene
ResponderBorrarAMEN, QUE BELLA ORACION. EL SEÑOR CONTINUE BENDICIENDOLE CADA DIA MAS. ME SIRVIO DE MUCHO ESTA LECTURA, SE QUE ES MI DIOS A TRAVES DE USTED, QUE ME ENVIO ESTAS PALABRAS, A EL SEA LA HONRA LA GLORIA Y EL PODER, EN CRISTO JESUS AMEN
ResponderBorrarMe sirvio tanto a ver leido este mensaje Dios los bendiga
ResponderBorrarAmén
ResponderBorrarmuchas gracias
ResponderBorrarmuchas gracias
ResponderBorrarDIOS lo siga bendiciendo , para que nos de palabra de fortaleza y poder. Muchas Gracias
ResponderBorrarDisculpen la pregunta
ResponderBorrarEs posible q pueda hacer lapresentacion de mis ninas a un no siendo cristiana yo
AMÉN ❤
ResponderBorrarHermoso mensaje gracias
ResponderBorrarAMEN Aleluya
ResponderBorrarMe gusts DLB grandemente
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